Cuando nació Valentina mi amiga Beatriz, me trajo al hospital el regalo ideal si se acaba de tener un bebé, una preciosa cesta llena de cosas ricas. Pero no solo se preocupó de que fuera deliciosa, también cuidó hasta el último detalle para que la presentación fuera bonita a rabiar.
Durante el embarazo hay alimentos que no se pueden comer, otros de los que no se puede abusar y otros que hay que lavar con tanta minuciosidad, que a veces no te apetece comer con tanta asiduidad como antes. Así que, cuando das a luz, es genial volver a comer con normalidad y poder darse algún capricho.
Mi amiga dio en el clavo con todo lo que incluyó en la cesta: chocolate, mi adorado y anhelado jamón, fruta fresca, chuches y para beber, zumo. Todo riquísimo. Como broche, me escribió una tarjeta con unas palabras llenas de amor, que me emocionaron tanto como poder devorar, después de desearlo durante meses, ese riquísimo sandwich de jamón con tomate que me preparó.
Podéis ver lo bonito y la pintaza que tenía este picnic, el doble de especial sabiendo que estaba hecho con sus manos. Me encantó y ahora, que es ella la que en pocos meses será mamá, me ha puesto el listón muy alto para estar a la altura cuando vaya a felicitarla por su maternidad.
¡Feliz semana a todos!
Otra vez has conseguido emocionarme!! Que ilusión y como me gustan tus palabras. Gracias por dejarme formar parte de tu vida!!
ResponderEliminarGracias a ti, por estar siempre cerca y por conocerme tan bien. Soy muy afortunada.
EliminarUn besazo.
mi hija mayor también diria eso: mi adorado y querido jamón, jeje. es una forofa, le gusta el jamón más que otra cosa.
ResponderEliminarbesos.
A mí me ha gustado siempre el jamón, pero después de varios meses sin poder comerlo, ahora lo adoro.
EliminarUn besazo.